Thursday, August 11, 2005


mi casa Posted by Picasa

Parece liviano, pero no lo es

No quiero escribir sobre el amor, ni sobre la tristeza y menos sobre las elecciones.
Quiero saber que fue de Arturo Frei Bolivar y si la hija de Cecilia Magni, la frentista líder en el atentado Pinochet, odia a su mamá por haberla dejado a los dos años para dedicarse a la lucha armada.
Quiero escribir sobre los ahijados de los ex presidentes y saber si les mandan regalos para sus cumpleaños o los invitan a comer a sus casas.
Las sectas satánicas no están dentro de mi lista. Antes descubriré los secretos de los masones y cómo una mujer de La Ligua, se da cuenta que quiere vivir sesenta años en el mismo lugar para ser monja de claustro.
¿Por qué los masones siguen siendo machistas? ¿Será Tolerancia Cero una logia disfrazada?
Me podría tomar un café ( no en realidad lo tengo prohibido) con un sicólogo para que conversemos sobre la importancia que le damos las mujeres al cuerpo ¿se la damos nosotros o son ellos? Ser gorda nos hace sufrir demasiado. Parece liviano, pero no lo es. En realidad es literalmente pesado.
¿Los chinos encontrarán lindos sus restaurantes que son objetivamente horribles?

Tuesday, August 09, 2005

¿A quien retará por los garabatos?

Leía en un sofá algo cochino que hay en mi casa, a un teológo que no recuerdo.
Dedicaba gran parte de sus letras a descifrar los misterios sobre la vida después de la muerte.
Según este hombre, que da cuenta de mi sorpresiva amnesia, el cielo será un lugar en donde todos los placeres terrestres estarán en su versión high definition.
Imagina el helado más rico que has saboreado. Ese será marca Panda, en comparación con el que te regalen post mortem.
Recuerda ahora el mejor beso que hayas dado. Que pena por tu amante. Te burlarás con Moisés de tanta inexperiencia.
Cuando estés muerto y salgas a caminar por las noches; la ranita de Darwin que sólo has escuchado y nunca has visto, aparecerá como los caracoles después de la lluvia. Y te acordarás , sin nostalgia, (porque allá no existe ese sentimiento) de las veces que te caíste tratando de encontrarla.
Me preocupa el hecho de los viudos vueltos a casar después de muertos. Allá arriba ( o talvez abajo o en diagonal) ¿con quien estará casada mi suegra?
Sus dos maridos se encontrará ahí. ¿Con quien se acostará en las noches? ¿A quien retará por los garabatos?

Monday, August 08, 2005

Somos todas sicópatas

Continúo en la saga del amor.
Se ríen las más de 1654 personas que conozco cuando cuento que me inventé un admirador secreto para sacarle celos a mi marido (en la época de conquista.)
Las carcajadas van en aumento cuando lanzo en la mitad de la velada, la confesión de que casi me mandé flores con una sugerente tarjetita.
Se indignan o reniegan algunos, cuando afirmo con total vehemencia que toda mujer, si tuviera la posibilidad, le leería el mail a su hombre.
De eso se trata. De sacar todo asomo de derrota de esta larga carretera. Usar las técnicas del cine más malo del mundo. Porque al ser tan malo, nadie piensa que se utilizan en la realidad. O ¿creerías que alguien le echó un somnífero a su rival?
Somos todas sicópatas. Leonas perseguidas. Convencidas de que esa curvilínea vendedora de productos Avon, trata de quitarnos al potencial abuelo de nuestros nietos.
Y me encanta la pasión, la desconfianza del amor. Esa postura “super evolucionada” de “ándate de viaje con tu mejor amiga, yo confío demasiado” o “somos una pareja madura que respeta profundamente los espacios de cada uno” me parece barata, descuidada y cliché.
No se trata de ser ahogante. Sólo de saber que todas, hasta la Amparo Noguera con ese aire de "amenme todos a la vez", somos candidatas a la camisa de fuerza.

Thursday, August 04, 2005

Las mujeres sufren por sus arritmias sexuales

Me ha tocado ver últimamente a muchas mujeres sufrir por amor. Y te lo advierto, lo que viene aquí te puede parecer conservador. Pero creo fehacientemente que estoy en lo correcto.
Una compañera de trabajo se va con un hombre que conoce hace un mes a pasar un fin de semana. No conocen a las respectivas familias, ni a los amigos. Poco han hablado de sus dolores y algo más de sus sueños.
Ella llega con pijama nuevo y perfume a una cabaña en la playa. Está nerviosa y además tiene una enfermedad venérea que le acaban de descubrir. No es Sida. Es papiloma, un virus mucho más frecuente y de la que casi no se sabe nada.
Después de un vino común y quesos, la película se rueda como siempre. Muchos besos, mucha pasión, mucho sexo. No hay “ te quieros”… es más nunca se han dicho es frase y el sólo hecho de mencionarla la espanta, “Es muy luego todavía, llevamos tan poco, ¡como le voy a decir te quiero!”. Me cuenta en una cafetería de Independencia.

Después de tres semanas y un weekend teñido de intimidad, él se da cuenta que no era tanto su interés y que está algo aburrido. Terminan. Y ella llora en los pasillos como la viuda más viuda que pudieses imaginar.
Y pienso. Siempre es pronto para conocer a la mamá, siempre es luego para decir “quiero estar contigo” o “ella es mi polola”. Pero no lo es para compartir la que tal vez es la esfera más íntima y privada que tiene el ser humano: la sexualidad. Esa unión que no alcanzamos con nuestros amigos, ni padres ni siquiera con nuestros hijos. Sé que suena a charla escolar de educación sexual, pero es demasiado potente. Revelarnos con todo, sacar lo más animal y lo más cándido que llevamos a la vez y juntar dos cuerpos, es el espacio de mayor poesía del que he sido testigo.
Y así elaboro mi teoría. Las mujeres sufren por sus arritmias sexuales. Porque sus ritmos son diferentes, ordenados y lentos. Porque le da miedo decir que no, mostrarse conservadoras o decir que es muy luego. Porque esa taquicardia propia de la pasión les da ansiedad y cuando el pulso baja, se angustian. Porque les aterroriza que el otro las abandone por no ser tan liberales o lo suficientemente parecidas a Carrie en “Sex and the city” ,cuando en realidad se identifican mucho más con dolores y sueños de nuestra querida Gertrudis.

Tuesday, August 02, 2005

Una ceja en mi útero

Hay una industria dentro de mi cuerpo.
Trabajan mientras duermo y nadie les paga las horas extras.
Son cerca de mil obreros que pertenecen al sindicato más antiguo del mundo.
Cuando van a huelga, las mujeres como yo terminan llorando en las clínicas.
Y aunque sean ellos los esforzados, termino extrañamente agotada.
Hoy están empeñados en dejar listos un par de ojos color miel y afinar las terminaciones de un dedo chico del pie.
Siempre cumplen con los plazos. No fallan para los partidos de futbol ni después del carrete.
Pronto habrá un ceja en mi útero. Y eso me hace feliz .