Tuesday, February 20, 2007

Santiago


Santiago cumple mañana once meses. Hace más de 1 año que no escribo aquí.
Y él que ya tiene ocho dientes, ganas de caminar y programas de TV favoritos, duerme en su pieza con ese inexplicable olor a transpiración de hijo que tanto me gusta.
La primera vez que lo vi, medía 5 milímetros. Hoy le faltan sólo 30 centímetros para llegar al metro.
La primera vez que lo escuché, su corazón latía tan rápido que me asusté. Hoy su corazón se acelera cuando ve a su papá y a la mamadera.
El primer hijo tiene un trono inabdicable. Las horas de contemplación son únicas. Dos adultos enamorados entre sí y enamorados de ese primero, son un trío que no se vuelve a repetir.
Con esto no quiero decir que a los que están por venir, los voy a querer menos. Pero Santiago es igual que nuestra capital, un hito fundacional.