Me cortan el teléfono
Me dicen garabatos por watsap
No tienen miedo a criticarme. A decir las cosas sin
anestesia.
No siempre me apoyan. Están ahí, pero eso no quiere decir
que son incondicionales.
Me reciben con un Gato Blanco, sin servilletas y con unas papas
fritas “A Cuenta”.
Y da lo mismo.
Jamás dejarán que me ponga ese vestido con el que parezco
prieta.
No tenemos los mismos gustos, el mismo humor, la misma
religión.
Creemos en la verdad, somos adictos a la conversa y queremos
cambiar el mundo
Gozan con las cosas de mis hijos, pero también son capaces
de decirme: “me estás lateando con ese video”.
Me prestan mantequilla cuando me falta y yo no les cobro el
detergente que les pasé.
Esos son mis amigos.