El derecho a preguntar

Preguntas tontas que me parecen importantes y frente a la cuale recibo retos:
¿Si todos soplaran al mismo tiempo, se moverían las nubes?
¿Todas las personas habrán bostezado alguna vez en sus vidas?
El Queque se ríe y me mira con cara de loca. Pero finalmente sé que las agradece ... así volamos tan alto que nadie nos puede bajar

Graves

Conflictos. Hoy la gente se pelea por tonteras. Hoy yo estoy distanciada de amigos por verdaderas estupideces. Desde que soy más grande descubrí algo maravilloso. Que el trabajo, las palabras duras, las faltas de delicadeza son puras vanalidades. No vale la pena gastar unas buenas horas de agresión en tales nimiedades. Yo mataría por mi familia y sufriría sin la salud. Lo demás no se lo merece . Nada es ta grave.

Portada

Anoche me asomé por la ventana. Nueva de Lyon se sumergía en la bruma y un hombre atravesaba las veredas contorsionándose. Corrí la cortina. Miré la hora. 3 de la mañana. Me vio y gritó. Me asusté. Mi camisa era blanca. Mi pelo enredado. Salgo de la casa a las siete. Los matinales aún no empiezan. Mi calle se llena de carabineros y peritos. En los kioskos se lee “Hombre se suicida después de extraña aparición esprectal”. Carlos Pinto va tras la mujer de la ventana.

Me río

Me río porque si contaras las palabras hasta el último punto, también lo harías. No soy santiaguina. Y odio esta ciudad. Sólo me reconcilio con ella cuando me alberga ebria, en algún rincón oscuro y nadie se percata de los asesinatos que cometo. Porque he matado a todos esos hombres de Bellavista y nadie lo sabe. Ni siquiera el carabinero que todos los días me lleva al trabajo.

Soy nueva

Soy nueva. Después de tantas obligaciones. Tantas reuniones. Tantos análisis. Y sobre todo tanto años sin escribir. He vuelto. Que bien se está aquí